La libertad de circulación de capitales, y la reducción tanto de tiempos como de costes de transporte, han facilitado un notable auge de las operaciones de comercio exterior. En este contexto, las sociedades no residentes que quieran actuar en el territorio de la UE, se ven obligadas a identificarse ante la Administración Tributaria, y en su caso, nombrar un representante fiscal.
Un representante ante la Administración Tributaria para defender sus intereses, y para simplificar el tratamiento de sus operaciones de comercio exterior en la UE:
- Registro sociedad a efectos del IVA en Europa (Obtención NIF-IVA)
- Confección y presentación de declaraciones de IVA
- Asistencia en inspecciones fiscales y aduaneras
- Presentación declaraciones Intrastat
- Asistencia en la recepción y contestación de notificaciones telemáticas.